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Al mal tiempo, Donna Karan

5 Dic

Así reza un tweet que fue trending topic hace unos meses y eso mismo le repito a Robin cada vez que está de bajona.  Y es que el becario ha tenido que irse. Lo han contratado como actor secundario en una telenovela de Televisión Española “Tiempos de aceituna” y se ha marchado a rodar a Madrid.

Pero si algo anima a los sucedáneos de súper héroe, delgaduchos y de tupé rígido es ir de compras. Así que al mal tiempo, Donna Karan y se abre la veda de la shopping night Barcelona.

bolsa batman

Con nuestro look más trendy empezamos en Tween. Inauguran la tienda de ropa masculina importada de Estambul. Está lleno de estrellas del momento con mucho glamour y el resto de seres especialitos del planeta. Hipsters, modernos, ultra-modernos, its, bloggers, randoms y algún que otro hetero despistao. Las frases de la noche: Hay cava gratis y oh,mírame estoy gordo, la 36 no me cava (consecuencia de la primera). Chin-chin tras chin-chin, entendemos el concepto de la inauguración: pillarnos la turca y así retener que la marca viene de esos lares.

look trendy batman

Nos sobran dos pases VIPS, dice uno de los ultras.
Eso sí que es ser un sobrao. Me dice Robin con mi consecuente codazo de propina, no sea que el ultra se lo tome a mal y nos quedemos sin mi objeto de deseo, o sea, los pases.
Pues pallá que vamos. Todos al Palau Robert.
Y hasta se viene un tal Robert, que ronda por allí y se siente invitado a pesar de la ausencia de comas en la frase.

Hacemos la cola de los VIP, la cual es igual de larga que la del resto de mortales, pero cansa menos, porque eres viaipi y eso te hace sentir más fuerte de espíritu. Los budistas le llaman nirvana, yo le llamo pase de prensa. Ese momento en el que te sientes lejos del bien y del mal, en el que si alguien te mira por encima del hombro, tú te arremangas el brazo derecho del jersei y te arreglas el flequillo dejando que se vea, claramente, que en tu muñeca llevas una banda fosforito. Y entonces pones tu sonrisa de medio lado y esa mirada tan relajada que viene diciendo sí señores, llevo pulserita. Y sí, soy VIP. Aplausos en tu mente.

Cuando sientes el poder de la pulserita, salivas. Si no fuera porque todos hacemos ver que estamos acostumbrados a ser invitados a las fiestas, el suelo de la entrada de esos locales estaría lleno de charchos de baba.

Tras pasar el control aparecemos en la barra de Bombay Sapphire, porque para bajar el cava nada mejor que un buen gintonic. O dos. O tres. O seis. O los que te caigan en las manos. Que yo soy de letras y los números no los controlo.

Oye pues el tal Robert está bueno. Le voy a dar mi más sentido bésame.
Estate quietecito Robin, que ya se te han subido las burbujas al tupé. Tira palante que quiero llegar a los conciertos del Make Noise festival.

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Se trata de la fiesta de Converse en Apolo. También entramos por la patilla, de nuestras gafas de modernos, claro. Robin no lo entiende,  la fiesta se llama converse y allí con la música tan alta no hay quien tenga una buena charla. Una de las organizadoras está indignada porque nadie conoce a los grupos y el 50% de los asistentes lleva Vans.
¿A dónde creen que Vans ustedes?  ¡Aquí si no es con Converse no entra ni diós!

A pesar de todo, lo pasamos bien. La tercera vez que me preguntan el clásico ¿Y tú, bailas o trabajas? tomo la última copa y la decisión de irnos a casa.

Levanto la mano e intento parar un taxi pero los taxistas parecen estar inmunizados al influjo de la cinta fosforito.  Así que volvemos andando, que aunque no es una actitud muy de pulserita, nos sienta bien después de tanto copazo. Mientras esperamos que uno de los semáforos se ponga en verde, el fatídico instante. Se nos cruza un coche negro y Robin se queda sin habla. Tocado.

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Decido romper el  silencio sepulcral diciendo lo que es más que evidente.
Robin, creo que Batman está en la ciudad.

Y hundido.

Celebrunch

27 Nov

Barcelona. 10º C. Parcialmente nublado. 79% de humedad.
Estamos invitados a un Brunch solidario. Aspiro a que lo de solidario sea porque nos convocan más tarde de las 12 que yo, de la noche anterior, tengo resaca hasta en las pestañas.

Ha venido a visitarnos el ex becario sevillano de la agencia de Robin, con el que tuvo un romance de lo más salao, básicamente porque su primer beso fue en la playa de la Barceloneta, pero también porque el chico es un encanto todo él.

Y a mí los británicos me pueden decir misa, pero el Brunch lo inventaron los fiesteros, y es que después de tanto after, a eso de las 12, te entra el hambre y surge la eterna duda de si desayunar o comer. ¿Por qué no juntarlo todo y tomar un relaxingcaféconleche con unas croquetas de pollo? Lo más normal. Yo firmo.

Además de la aportación para el banco de alimentos, cada uno tiene que llevar algo para el brunch así que Robin y el ex becario están preparando un postre con mucho amor. Tanto amor que cuando entro en la cocina me brotan unas ronchas, en los antebrazos y el cuello, y no puedo parar de rascarme. Uno con mallitas de corazoncitos, el otro con delantal y en bolas. Robin pinta con harina la naricilla del ex becario. Escena pastelosa, no, lo siguiente. Pica, pica. Soplo, soplo.

Jess, ¿qué te pasa?
Me autodiagnostico y declaro oficialmente alérgica al amor.
¡¡Pero cómo eres asín, Jess!!
Me suelta con un desprecio cariñoso.

pastel batman

Robin pasa de mí y siguen horneando la tarta mientras me dice.
Dale caña Jess, que salimos en 10 minutos y antes hay que pasar por la biblioteca de Lesseps.
Robin, ¿ahora sabes leer?
Le pregunto mientras le guiño el ojo.

Hace años que no pisábamos una biblio juntos. Dentro está David Safier dando una charla sobre sus libros. Cuando entramos a pesar de estar casi terminando, Safier saluda a Robin levantando la mano, algo como un “hei al final has venido, ahora te veo”.  Y así es. David Safier es amable con todos sus fans, les firma los libros y se viene con nosotros de celebrunch.

Esta vez, en el taxi, le pregunto  al autor de Maldito Karma dónde coño conoció a Robin. Espero oír que Robin le persiguió y forzó hasta que tuvo que ser su amigo, pero no, se conocieron en un pub crawl en Berlín y se cayeron de Mutter ficken. Feeling a primera vista. Como él está casado con una mujer más que respetable, no tiro más del hilo, a ver si se va a descoser y se destapa todo el percal.

Maldito Karma David Safier

Llegamos al piso donde celebramos el brunch. Nos recibe Iñaki el chico que vive allí. Hay dos cosas que definen a Iñaki su sonrisa permanente y sus camisas de cuadros. Iñaki es hipster. Él no se considera, pero lo es. Estoy convencida que si alguien era hipster incluso antes de que lo hipster existiera, ese es Iñaki. Como buen hipster es diseñador gráfico, melómano y vive en un ático con vistas al skyline de Barcelona. Estas vistas son impresionantes, pienso. Y me quedo contemplando fijamente la panorámica.
Jess, parpadea, por favor. Se te van a secar los ojos.

Dentro 12 amigos de Iñaki. Los amigos hipsters de mis amigos hipsters, son mis amigos. Uh vaya lío. Cada uno con una copa y una historia que ofrecerme. Son realmente interesantes. Bebo y escucho, bebo y escucho, bebo y escucho. Bebo, bebo, bebo… he dejado de escuchar. Ahora debería dejar de beber. Pero sigo con la ronda de copas e historias.

A mitad de la ronda oigo que el sevillano pibón le pregunta a Robin:
Robin, exactamente ¿qué estamos celebrando?
¡Qué estamos vivos! Típica respuesta de Robin.
¡Y que aún nos queda vino!

Más típica todavía.

Españoles, Robin ha vuelto

20 Nov

Robin tiene un nuevo amiguito. Se llama Paco. Mide 1,63 es del Ferrol y bastante hijo de puta, la verdad. Tras una breve conversación con él, no logro entender como alguien tan bajito puede tener el ego tan alto. El ego y el lego, porque a este tío, sus hermanos le puteaban escondiéndole los juguetes en el último estante para que no pudiera llegar. Así ha salido de cabrón.

Lo conocimos en la sala de máquinas del DIR y como Robin no discierne entre el bien y el mal y no tiene criterio para elegir a los que le rodean, se ha hecho íntimo suyo. Van juntos a todas partes y dan bastante asquito. Yo no quiero volver a verlo ni de casualidad.

Jess, tienes que darle una oportunidad, ven con nosotros esta tarde al cine. Verás como es majo.

No me apasiona la idea y me llenaría de honda satisfacción decirle que ni de broma. Que a su lado el joker me resulta un tipo encantador. Y que se pueden ir a la mierda, eso sí, juntitos para que no se echen de menos.

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Pero me apiado. Está bien Robin, iré. Pero la peli la elijo yo.

Cuando nos encontramos me da la mano. Eres patético, pienso. Pero sonrío amablemente. Cojo aire y comento con un tono tan extremadamente dulce como hipócrita. Ya he comprado las entradas, chicos. Fila 6 asientos centrales para Blue Jasmin.

Al hijo de puta le cambia la cara. ¿Blue Jasmin? La de Woody… el ju… Y se calla. Robin puedes venir un momento, tengo que hablar contigo.

Se lo lleva a un lado y le veo argumentar algo con cara de cabreo, mientras Robin, con su postura de no entiendo nada de lo que me estás diciendo pero pongo cara de consecuencias, no para de asentir.

Ya tengo suficiente de ver como Robin hace el papelón y me acerco decidida. Chicos, ¿se puede saber qué problema hay con Woody Allen? Me doy cuenta que he clavado la expresión de las madres, cuando al llegar a casa, están todas las paredes del comedor pintadas y ellas, lejos de ver el artista que llevas dentro, te ponen esa cara de ¿alguien me lo va a explicar?

A Paco no le gusta Woody Allen, te pagaremos las entradas, pero no entraremos a ver la peli.

Y ese plural me parte el corazón y me deja muy claro que el hijo de puta tiene a Robin totalmente anulado. No pienso discutirme con Paquito y mi amiguito de las mallas. Está claro que no le caigo bien y que no va a dejar que nadie se le acerque para que no se lo Robin. Pues que les den. Eso sí, juntitos para que no se echen de menos.

Vale, yo me voy a tomar una copa. He quedado con mis amigos de callejeros. Te veo luego en casa, Robin.

Robin se siente afectado e insiste en venir. Me apiado bis y le digo Estaré por el Raval.

¿En ese gueto? Eso está lleno de moros, maricas y hippies. Dice el fucking paquito.

Mira Paco, lamento en el alma que no sea de tu agrado… y mientras pienso en cómo seguir argumentándole como una persona pacífica el porqué de mi decisión, algo desconecta y sin acabar la frase, le suelto un puñetazo en toda la boca. Qué placer de puñetazo. Días después aún salivava cuando pensaba en lo fuerte que le pegué.

Batman

Diós como me duelen los nudillos, creo que me he roto la mano. Miro a Robin a los ojos y le amenazo Paco o yo. No hay más opción. Me piro.

Pero Robin no se mueve.
Y se queda allí.

Horas más tarde nos reencontramos en el balcón de nuestro pisito de l’Eixample. Robin ha reaccionado y ha abandonado al capullo de Paco. Vuelve a ser él mismo. Sonríe y se ajusta las mallas.

De pronto nos levantamos y sentenciamos para clausurar este 20N
Españoles, Robin ha vuelto.

Desde un balcón con la estelada suena una voz independentista: ¡¡No somos españoles, somos catalanes!!

Yo le calmo diciendo Lo sé, pero lo importante es que Robin ha vuelto.

Como decía mi abuelita Hija mía, todo no se puede tener.

Por ahora ;-P

Choco-churros party (fin del post)

13 Nov

Plantado delante de mí Robin dice ¡Bienvenida a mi mundo, Jess! Y se aparta hacia un lado, con el brazo extendido como si diera paso en el escenario al artista de turno.

De pronto, ahí abajo, una pista de baile como nunca había visto antes, con luces y banderitas de colores. Hasta hay un castillo inflable en el que saltar.

Está llena de maromos de torsos espectaculares disfrazados, bailando y saltando mientras gritan el estribillo de Icona Pop  “I don’t care, I love it”. Todos me sonríen mientras paso entre ellos con cara de fascinación. Los veo saltando a cámara lenta. Son semidioses. Rebautizo la fiesta como Choco-churris y me empieza a temblar la barbilla de lo feliz que soy. Visten, bailan y huelen bien. No hay duda. Son todos gays. Ahora sí. Lloro de felicidad plena.

batman choco churri

Grito eufórica. Robin, I love it, I love it!!! Con los brazos hacia arriba y un movimiento sexy empiezo a bailar. Cierro los ojos y estoy en el paraíso. Empiezo a flotar. Levito. Lo noto.

Fundido a negro.

Jess, sal de ahí con las mallas en alto
¿Qué? Robin, ¿eres tú?
Me doy cuenta que estoy encerrada en uno de los baños de chicas. Y no sé cómo he llegado hasta ahí.
Jess, repito, sal de ahí y pon las mallas en esta bolsa. Despacito. Des-pa-cito.
No entiendo nada Robin, ¿Qué hago aquí?
Jess, no hagas ninguna tontería. Las mallas donde yo las vea. Quítatelas y nadie saldrá herido.

Le hago caso. Robin ha pasado por esto más veces y sabe cómo actuar. Salgo del baño y cuando me miro en el espejo veo que tengo la cara llena de pintalabios.

¿Qué me ha pasado? Digo totalmente contrariada.
Chocaste con dos chica en la pista, desapareciste y cuando logré encontrarte te estabas liando con ellas en el baño. Nos vamos a casa, esto se nos ha ido de las mallas.

Flipo. Flipo más. Vuelvo a flipar. 10 minutos después sigo flipando. Y cuando ya he perdido la esperanza de dejar de flipar algún día, pienso que si ni siquiera puedo recordar mi primera experiencia lésbica, es que ha sido un churro. Choco y churro. Sin duda he honrado el nombre de esta jodida fiesta.

Vamos hacia la salida, por el camino nos despedimos de La Carrá, Jordi Basté y Toni Clapés. Ya nos veremos tíos. La semana que viene vamos a pillar unas push up del Calzedonia, si os apuntáis…
Vale, vale, ya si eso nos llamamos. Dice Robin con su tono estamoslocosoqué.

mallas Batman y Robin

Al día siguiente no puedo levantarme y sigo sin entender nada. Robin con un mensaje paternalista me recuerda que si eres mayor para llevar mallas, eres mayor para ir a trabajar.

En mi mente resuena la misma frase una y otra vez.
No me pongo las mallas nunca más. No me pongo las mallas nunca más. No me pongo las mallas nunca más.

Cuando a los meses, se volvió a dar la situación y unos amigos me regalaron unas mallas. Yo las rechacé y les dije con porte orgulloso.
No chicos, me desenganché de esa mierda hace años.

Pasarme a los jeans fue lo más sensato.

 

 

La vermutera que llevo dentro

12 Nov

Ser moderno es arriesgado. Ser moderno e ir con modernos, un puto peligro. Antes de que Robin llegara, en mi casa se respetaban los domingos. Ahora él me monta los planes y me apunta a guateques de modernos sin tan siquiera consultarme. No sé en qué momento ha dejado de ser el día del señor y empezado a ser el del señorito.

¡Jess, vente! No seas tonta, si entras por lista. Todos quieren ser modernos, no sé qué pasa contigo, chica. Además habrá vermut.

¿Vermut? Música celestial. Dame 2 minutos y estaré lista.

Mientras me pongo la camiseta que Robin me regaló para Navidad y saco las mallas, en mi mente resuenan las palabras: Hola me llamo Jess y soy una vermutera en proceso de recuperación.  Respiro hondo. Desde que Robin se fuera a Gotham no me las había vuelto a poner, pero allí siguen, en la sombra, en silencio, esperando su momento para volver a salir del armario. Me digo que solo será esa vez. Que yo controlo y que al mal tiempo, buena malla.  Al fin y al cabo, echar una mallita al aire nunca mató a nadie.

Y me dejo llevar.

Camiseta Batman

El escenario del crimen, la presentación de FUET Magazine. Nos han convocado en un piso típico de l’Eixample propiedad de la Moritz. Conforme subimos por la escalera ya noto ese olor tan característico. Esa mezcla de ambiente vintage y bloggero motivado.

Robin, esto apesta a moderno.

Exhibición de egos, vermuts por doquier y embutidos de gratis. De extra una vidente que te adivina el futuro por la cara. Por la cara que pones, porque la pobre no tiene ni idea de tirar las cartas. A Robin le pronostica larga vida al gay. A mí, un final feliz. Horas más tarde Robin casi muere atropellado y yo me tiré meses sin pillar.

Como ocurre en este tipo de eventos, lo de menos, obviamente, es la revista.

Pero allí están todos los bloggers influyentes, diós los cría y ellos se postean. Todos llevan la misma camisa de cuadros, tirantes, gafas de pasta y barba de leñador. Me agarro el bolso que de tanto barbudo no me fío ni un pelo.

Bajo mi antiguo lema, mientras hay vermut hay esperanza, yo me peleo por las copas y ellos por el 3G para subir las fotos a instagram. Un cincuentón que tiene algo que ver con la organización del evento, se me acerca y me dice:

¡Eh tú, me encanta tu tatuaje, es super trendy!
Yo me giro con cara de sorpresa. Disculpe, ¿me habla a mí?
Mujer, no me hables de usted, me puedes twittear.  Me gusta que seas tan In.
Me siento insultada y sentencio. Soy moderna porque nadie me ha tratado con amor. Dolida le doy la espalda.

Tatuaje Batman

Con esa respuesta salgo del paso, o sea que me voy del pasillo que por ahí no para de pasar gente rarita. Pero claro, el ambiente se me impregna en las mallas y sale la vermutera que llevo dentro. A partir de aquí todo es cuesta abajo.

Entramos de día y salimos de noche.
Entramos Robin+1 y salimos Robin+9.
Entramos recatados y salimos desbocados, porque no hemos pegado ni uno en la fiestecita y nos proponen irnos hacia el segundo aniversario de la Choco-churros. Siendo domingo no podéis perderos esa fiesta, nos dice el cincuentón que se me acopla más que un micro en pruebas.

Tenemos hambre, con ese nombre como para no ir.

Al llegar a la puerta, Robin me coge la cara, me mira a los ojos y con su mirada de esta es tu última oportunidad para rajarte nena, me dice: ¿Seguro que estás preparada, Jess?
Siento las mallas tan pegadas a mis muslos como el vermut a mi paladar. Si he llegado hasta aquí no voy a irme a casa. Robin, me hago mallot, quizás esta sea mi última aventura como vermutera.
Le cojo de la mano muy fuerte.
Robin mira al frente y dice: Entonces… entremos.

To be continued.

Que sea lunes, ya.

4 Nov

Salimos con ganas. Con muchas ganas. Es 31 de Octubre y cierran el Ninfas, el  bar donde nos hemos reunido los últimos meses todos los amigos de Gràcia. Esta noche vamos a despedirnos como merece la ocasión: con sed.

Yo voy de muñeca diabólica, llevo una peluca roja y un cuchillo. Robin lleva tutú. Va con mallas y a lo loco. Esta es su noche.

Jess, estoy que me salgo antes de entrar. Ahu, Ahu, Ahuuuu (aulla)

traje robin

Cuando ya hemos destrozado el  local, acabado con las reservas de Jägermeister  y ejecutado al Dj, yo me doy por satisfecha pero Robin es insaciable y tiene memoria selectiva. No recuerda el nombre de las calles de Gotham, pero nunca olvida la fecha y hora de una fiesta.

¡Mira qué hora es Jess! Tenemos que irnos, estamos en la lista del Hotel Omm, es la mejor fiesta de Halloween de la ciudad.

Pedimos dos chupitos a la teleoperadora y un taxi en la barra. Por suerte, nos entienden y conseguimos llegar a tiempo a la fiesta. Entramos con carrerilla, sin preguntar, directos al punto central del lugar y nos ponemos a bailar como locos. Extraño, no conocemos el temazo. ¿Lo étnico vuelve a estar de moda?

De pronto, se nos acerca un hombre corpulento. Cúbrase los hombros, caballero.

¿Que me cubra los hombros? Le dice Robin indignado. ¿Pero esto qué es? ¿Un templo budista?

Y no, no lo es. Porque es una mezquita. Nos hemos colado en un templo musulmán y nos damos cuenta que estamos rodeados de islamistas radicales y que lo que llevan no son disfraces, sino sus chilabas porque están llamando a la oración.

Nos miramos, nos cogemos de la mano y salimos corriendo.

Por Alá, corre Robin… O por Alí… O por donde sea, pero corre que de esta no salimos.

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Una vez fuera, a menos de 200 metros, a Robin le entra el apretón.

Jess tengo que ir al baño.
¿Ahora? ¿No puedes esperar a llegar a casa?
No. Me cago. Entremos.
Ahu, Ahu, Ahuuuuuuuu (aulla)

Y sin darme oportunidad me arrastra dentro del siguiente garito. Un lugar laberíntico donde no hay manera de encontrar el baño y topamos de frente con un escenario. En lo alto, una rubia con mallas de lentejuelas, que no solo es guapa sino que es de lo más enrollada está dando un conciertazo.

¡¡Ostia, Jess, es Mette!! Hacía años que no coincidíamos.

Flipo con Robin y su maldita suerte de conocer a todos los famosos. Me pica la peluca y la curiosidad así que esta vez, sí le pregunto. Me lo explica. Se conocieron en Copenhaguen en un interrail que hizo Robin y fue ella, la cantante de The Asteroids Galaxy Tour,  quien lo introdujo en el mundo de las mallas. Su musa. Su maestra. Su narco de la lycra.

Acojonada, me lo llevo a la calle. A la salida nos entregan un flyer de 2×1 para el teatro de al lado. El gen catalán nos puede. Perder un 2×1 nos hubiera quitado el sueño, así que improvisamos, entramos y nos cascamos una obra de 70 minutos de Planeta Impro temática Halloween. Lo petan sí, pero yo necesito acostarme, si hace falta lo haré con alguien pero por diós, que quiero tumbarme en una cama.

Robin se ha propuesto pasar un finde de miedo y dice que vamos a party-cipar en todas las fiestas de Halloween, no me dejará ir. Lo de finde… es irónico… esto no va a acabar hasta que sea lunes y tengamos que volver al trabajo. Lo sé.

Acurrucada en el vagón del metro, línea verde, que es la que nos lleva a la sala Apolo, me abrazo a mí misma, empiezo a balancearme de adelante hacia atrás y repito:

Que sea lunes, ya. Que sea lunes, ya. Que sea lunes, ya.

Ahu, Ahu, Ahuuuuuuuu.

 

Nota de Robin:
Thanks to Anna Roure por buscarme ese traje tan estupendo 😉

Fatal terror

31 Oct

Me paso la vida rodeada de fantasmas y payasos y esta última semana ha sido de miedo, ergo para mí Halloween es pura rutina. Pero sé que a Robin le hace ilusión celebrarlo yendo a una fiesta de acojone. Me quedo muerta al ver los «must» de la noche: Ser feo, malo y zombie. De ésta a la tumba. Matemos el tema.

De pronto, Robin entra en mi habitación con sus mallas naranjas (susto) y se trae algo entre manos (muerte).

calabaza batman

¡¡Jess, esta noche les daremos calabazas a todos, incluido Batman!!

Lo consigue de nuevo, me arranca una sonrisa y mirándole a los ojos chillo: ¡¡Qué coño, sííííííííí!! ¡¡Nos lo vamos a pasar de muerte!!

¡¡Feliz Halloween gente, que esta noche no acabe…
con todos nosotros!! ;-P

 

Menos risas, soldado.

29 Oct

Robin ha encontrado un curro. En casa se aburre y nos tiene a todos hasta el gorro. Que salga y se airee. Le irá bien.

Cuando le han llamado de la agencia de publicidad para decirle que empezaba al día siguiente, me ha hecho el baile de Tom Cruise en Risky Business. Vaya comienzo.

Sus 2 carreras, 3 masters, 5 idiomas y las prácticas en Gotham, le han dado la oportunidad de acceder a un puesto de becario, eso sí, ahora tiene que demostrar que sabe hacer un expreso como diós manda. La vida del becario es así. Dura. Muy dura. Siempre demostrando.

Cuando ha llegado, se le ha acercado su nueva jefa, Chantal. Chantal grita. Claro que grita. Las jefas como Chantal siempre gritan. Y además es feminista. Odia a cualquier ser con el gen XY, es decir, que sea cromosómicamente macho.

Tú debes ser el nuevo, estás en mi equipo. Ni me caes, ni me caerás bien. Que te quede bien clarito. Solo he aceptado porque llevas unas mallas de lycra estupendas ¿Son del Primark? Mañana a las 9 a.m. quiero unas en mi mesa. Hazte a la idea.
Buff… El diablo viste de malla.

el diablo se viste de prada

Cuando se ha sentado en la que será su mesa, le han presentado a la señora de delante. Se llama Mari y tiene un trasero tremendamente grande. Se pasa el día canturreando, lleva botas y un paraguas colgando del brazo. ¿Mari la pompins? De qué me sonará a mí ese nombre.

mary-poppins

Al otro lado, el jefe de proyectos. Un americano, ex marine, veterano del Vietnam que se dirige a los diseñadores como soldados.

De pronto a Robin le ha llegado un whats de grupo y ha soltado una carcajada. Algo sobre un coulant de chocolate. Vaya marrón.

Shhhh. Shhhh. Por favor, deja de hacer eso, no nos está permitido reír, el que lo hace sufre severos castigos me ha susurrado un chico pálido y de ojos saltones. Yo sonreí una vez y me obligaron a jugar al jpg ruso. Por turnos te hacen abrir archivos en el Photoshop, hasta que uno colapsa el equipo y explota todo. Entonces te toca hacer de nuevo todos los diseños del último trimestre… Sin acabar la frase, se ha echado a llorar, temblaba y Robin le ha abrazado.

Es mi primer amigo en la agencia, Jess. Se llama Christopher, Christopher Walken.

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Un momento, Robin, ¿no hay algo raro en todo esto?

Mientras yo sigo dando vueltas al tema, tumbado en el sofá, Robin medita sobre su primer día en la agencia.
Jess, no sé si quiero volver. He visto funerarias en las que se divierten más. 

De pronto, me ilumino.
¡Lo tengo, Robin! No puedes dejarlo ¿No te das cuenta?

¡Tienes un trabajo de película!

Robin is not Spain

21 Oct

Es catalán y medio marciano. Lo cual hace que en las Vegas se sienta como en casa. Le ha tocado compartir habitación con Britney. Por la mañana, se cambia las mallas de dormir por las de vestir y baja a desayunar a lo reinona sexy con la coreo de Womanizer you you you are, you you you are.

Cumple su máxima que dicta que de un buffet libre hay que salir con arcadas. Con la boca aún llena se va al casino a jugársela.

Jess, no te lo vas a creer he ganado 36$
¡Great Robin! ¿Y cuánto te has gastado?
Solo 3.562$

Pabernosmatao.

Por lo visto, allí se juntó con unos portugueses y pasó la mejor noche de su vida. Me lo cuenta, aunque yo, para variar, hubiera preferido no saberlo.
Nos compramos 36 latas de cerveza y una bolsita de marihuana que resultó ser orégano del New Yorker pizza. Un hombre, apostó 10$ a que no cruzábamos Las Vegas Boulevard desnudos. Y ganamos. Invertí ese dinero en llegar a Fremont Street, fuimos solos, Cage nos dejó tirados, Nicolas es así, un impresentable. Allí me tatué el perfil de la cara de Elvis en una nalga y el de Marilyn en la otra y mira, ves, cuando hago así se besan.

¡Diós mío Robin, súbete las mayas! ¡Joder yo no he pedido ver eso, tío!

Según me cuenta, en Las Vegas todos son estupendos y solo juegan, beben, fuman y van a fiestas con dresscode. Están todos locos y viven en una luz perpetua, al principio creí que me daba un ataque epiléptico, pero no, eran los efectos del neón 24h más la fumada de orégano.
Pienso en mi madre, en aquello de sino estáis en el pasillo apagad la luz. Y me colapso. Pero Robin no, Robin se integra perfectamente en aquel planeta y lo da todo.

De pronto, me acuerdo de algo.
Oye Robin ¿Y el Churri que llevaste?
¡Ah lo perdí! Desapareció el primer día en la Pool Party. La última vez que lo vieron estaba en el Área 51 buscando el rastro de un objeto volador no identificado. Yo sigo pensando que era aquel frisbee que tiró David Copperfield con el subidón. Además he pasado los días con Calvin.
¿Calvin? ¿Qué Calvin? ¡Dime que no era Calvin Harris!
Creo que sí, él dice que es Dj aunque yo creo que lo que tiene es una cuenta Premium de Spotify.

Nunca entenderé como conoce siempre a todos los famosos, pero no se lo pregunto, porque aún no estoy preparada para escuchar la respuesta.

Robin, ¿se puede saber que buscas en ese armario?
Todas las luces que tenemos de Navidad.
¿Para?
Me mira con cara de tú eres imbécil o qué. Jess, vengo de Las Vegas ¿cómo pretendes que consiga dormirme esta noche? ¿A oscuras?

Vale. Suficiente por hoy.

¡Buenas noches, Robin!
¡Buenas noches, Jess!

¡Buenas noches, Las Vegas!

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Monogamia no, gracias.

9 Oct

Robin nunca fue chico de un solo hombre. Captain America, Superman, Hulk y hasta la mujer maravilla habían pasado por su cama. Él desmintió lo de «maravilla», fue el primero en hablar de la bisexualidad de Ironman y se atrevió a referirse a Thor como «esa musculoca resentida».

Pero lo cierto era que Robin, o la zorrita de Gotham, como se le conocía entre los súper héroes, nunca se marchó de una fiesta sin compañía. Luego llegó ese Batman y todo fue distinto. Por él renunció a su pasado. Incluso a aquel ménage à trois con Catwoman y Lobezno el día que se pusieron tan ciegos. ¿Gatitos y perritos en una misma cama? ¿Qué clase de loco renunciaría a algo así de animal?

Robin lo hizo.

Lo hizo por el caballero de abdominales definidas, porte galán y reputación intachable. ¡Maldito murciélago!

beso batman y robin

Se trasladó con él a la baticueva y ese fue el principio del fin.  ¿Qué esperaba de mí? Si allí ni siquiera pillaba 3G. Soy un animal social. Me tenía sin actualizar las redes, sin publicar en tumblr, sin repinear fotos, sin Grindr, por diós me oyes, SIN GRINDR. La baticueva apestaba.

Además Batman se volvió adicto a los ansiolíticos y al canal Divinity. Luego se compró la Play y empezó a jugar al GTA. Acabó convertido en un celoso vengativo.

Le dije que lo mío con Superman había acabado, pero no me quiso escuchar. El resto de la historia ya lo sabes. Tuve que marcharme.

Superman y Batman

Miro a Robin y lo veo como a un superviviente de la vida moderna. Va con sus mallas de estampado print animal. Ha quedado con Laura Hayden para ir a la fiesta presentación de la nueva colección de h&m. Todo tan, tan cool que me dan arcadas y tengo que echar mano del Primperan 10mg solución oral. Pero no me soluciona nada y Robin me pregunta:

¿Te vienes a la fiesta, Jess?
Yo lo miro perpleja ¿Un montón de modelos de aspecto yonkienfermizo, con jeans rotos y rodeándome entre montones de complementos tirados por todas partes?
¡Sí! ¿No es genial?
Yo paso.
No pienso vivir un episodio de Walking Dead en primera persona.

Tres horas más tarde ha vuelto Robin montando el escándalo al entrar por la puerta.
¿Sabes qué, Jess? ¡Tengo un nuevo churri!
¿Y sabes lo mejor? ¡El viernes me voy a Las Vegas con él!

Gallina de piel y sorbo de Primperan.
Cheers.