Robin se ha hartado. Que la vida es muy corta y la capa muy larga y si te la pisan no te dejan avanzar. Por fin se ha dado cuenta que lo de Livingstone no es normal. Ni sano ni normal. Que no se puede vivir en la agencia en el mismo estado de pánico que se siente cuando quieres otro cubata y se ha acabado todo el hielo de la fiesta. Que en Livingstone es como si siempre se hubiera acabado el hielo.
Y Robin no entiende el porqué de tanto alboroto si delante hay un paqui 24h.
Él está hecho de otro calibre. Así que se ha sentado con su director de cuentas, le ha servido una copa con hielo y le ha dicho «hasta aquí».
Se acabó.
Fin.
The end.
Ciao.
Agur.
Me largo.
Hasta nunqui, bebés!!
El tío lo ha flipao, pero le ha dado toda la razón. Y así, sin comerlo pero sí beberlo, Robin ha vuelto a la vida.
¡Larga vida al gay!
Nota de Robin: Rabo a todas las personas que por principios, alguna vez en su vida han plantado las mallas y han dicho #Hastaaquí, con y sin #.
lavenganzaderobin 
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