Archivo | octubre, 2014

Chupi post

1 Oct

Septiembre ha vuelto. Claro que ha vuelto. Y con él los eventos, las trucker jackets y las resacas. Y como la noche me confunde y si algo tiene septiembre es que las horas de noche van ganando a las de día, cada día estamos más confundidos. Y más hasta el… otoño.

Nos han invitado a la fiesta de Armani Sounds y sounds bien, pero vista el arca de Noé que se ha montado en el Razz, mejor salimos a pescar. Yo voy con la caña, Robin con la red, a saco, a lo masivo. Como hemos bebido en demasia, montamos el escándalo y el taxista, por muy hailo que sea, nos hace bajar. Le rogamos que solo sea la ventanilla, pero no, es a nosotros y nos vemos plantados delante del mini.

taxi batman

Jess, voy a vomitar, es una señal, entremos.
Robin, desde que lees a Paulo Coelho, todo son señales. Hasta las arcadas. No me jodas.
Anda Jess tira, que aunque el bar se llame mini, aún caben 2 más.

De frente la barra. ¡Mierda, ahí está Santi! Estamos perdidos.
El hermano pequeño de Hulk es el tío más dulce del mundo al que nadie ha visto nunca cabreado. Ni una sola vez. Como su hermano, él también es un adicto a los chupitos, pero es tan tierno y educado que nadie ha rechazado nunca una invitación suya. Ni una sola vez.
¡Con el ciervo hemos topao!

Un chupito, chicos, invito yo.
Jess, jagerás como acabamos.
To ciervos, menuda novedad.

Yo echo un vistazo panorámico al local tratando de retener algo, porque los defectos secundarios del veneno morado los conozco muy bien.

vestido batman

Primer jäger: Negación de lo obvio, chupito en mano, licor en labios. Esta noche no, tíos.
Segundo jäger: Resignación. Este también te lo vas a beber. Pa que dices que no si ya estás tragando.
Tercer jäger: Aceptación. Donde caben dos, caben tres. Palante campeona.
Cuarto jäger: Auto-agresión. ¡Aléjate del vasito, jess, te lo advierto aléjate!
Quinto jäger: Auto-compasión. La culpa no es tuya, es que tienes unos amigos, chica.
Sexto jäger: Olvido. Espero haberle dado al botón del REC, a partir de aquí blackout hazme tuya.

Y lo último que recuerdo es que estábamos en Sala B sin haber pasado por la A, que me besaba con Santi, que bailábamos como locos y que ni Robin ni yo sabíamos quién era la sombra que llevaba toda la noche mirándonos fijamente desde el fondo del local.

Bueno, eso, y que era Septiembre.