Robin ha vuelto del planeta Krypton. Seamos realistas Superman mola, pero Clark Kent… eso ya es otro tema. Marear por encima de tus posibilidades no es bien. Y a Robin le va la marcha, sino se marcha y Santas Pascuas. Y eso ha hecho. Nivel de paciencia agotado. Me largo, búscate la vida, tesoro. Eh y con las mallas a otra party.
De vuelta a la tierra, tirado en el sofá con el mando del televisor medio caído en la mano, no para de cambiar de canal. ¿Dónde se habrá metido, Jess? Esta chica…
Jess, en su universo paralelo, acaba de llegar al planeta de los surfers, de beber a empezar, de reir a carcajadas, ¿olakease? Cambiar de aires. Y nunca mejor dicho. Aiiii qué Bien Star. La happy hour en Tarifa plana es rehappy. La Bolli y su amigo se quedan a vivir allí, así que Jess sale de copazos con un nuevo amigo. A gay muerto, gay puesto. Que el puesto está vacante y la chica se va al Mombassa a darlo todo. Dale a las palmas, tira palante Manué, pirata del estrecho. Va de gintonic en gintonic y se lo tira porque le toca, la guitarra. Ole mi Manué nadie canta como él. Porque al final resulta que el amigo no es gay.
Para
Nada.
Y como dicen los delincuentes siempre acaba bien, todo lo que empieza.
Hasta que llega la mañana. La luz y la claridad mental son inversamente proporcionales. Esta chica… Le entra el Panic del que hablaban The Smiths y no sabe si empezar a gritar que cuelguen al DJ o salir corriendo. Pues mira, corre que siempre es más efectivo. O efectista. Que manda cojones que no pueda acabar 10 Km como runner pero para escapar de un desayuno haga marca.
En casa le espera Robin. Jess, mírame a los ojos, ¿lo has vuelto a hacer? Jess pone la cara de paquepreguntassiyasabeslarespuesta.
Haz el favor de invitar al rastafari a desayunar. Por diós que un croissant nunca comprometió a nadie.
Y también es verdad.
lavenganzaderobin 
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