Eso es lo que me esperaba cuando he recibido la nota de Robin desde Jordania.
Nada más lejos de la realidad. Yo y mi maldita manía de preocuparme por el delgaducho ser con mallas. Ya debería haber aprendido que vive en los mundos de Robin y que, incluso siendo víctima de un secuestro aéreo, se lo iba a pasar de puta madre.
Es lo que tiene haberse criado los veranos con Catwoman, que tienes 7 vidas y si encima siempre caes de pie, ve sumando.
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