Café e IVA no incluidos.
Según me explica Robin, las comidas de empresa están para que los que nunca salen, puedan salir; los que nunca beben, puedan beber; los que nunca bailan, puedan bailar; y los que nunca follan, sigan sin follar. Eso sí, se les permite tirar los trastos a toda la plantilla. Es como un código de honor, se puede y punto. Y los demás lo aguantan y punto.
También están para, cuando llega la hora del copazo, colar a algún amigo externo. No hay comida de empresa que valga la pena, sino hay un espontáneo acoplado. Esta vez, Robin me cuela a mí.
Jess estás colada por mí.
Soy una niña colada.
¿Piña colada? Dice uno de los que nunca beben y ese día puede hacerlo sin sed y sin control. Alza la copa y propone un brindis. Intenta pronunciar su mensaje navideño de motivación para el equipo. Este 2014 podremos con todo, porque querer es beber… poder es beber… digo, beber es deber. Dejarme puedo decirlo, voy a beber a empezar.
Las comidas de empresa también están para hablarte con los compañeros con los que nunca te hablas. Lo que no te has dicho en 8 horas diarias de convivencia laboral, te lo dices en 8 tragos de vino, cuando aún no han traído los primeros.
Jess, algo me ha sentado mal, estoy viendo triple.
Tranquilo Robin es que son trillizos.
Se trata de los 3 hermanos que trabajan con Robin. Son calcamoníacos. Es definitivamente imposible diferenciarlos, por tanto, nos parece totalmente inútil aprendernos los 3 nombres. Pasando que es gerundio. Y no es que uno se llame gerundio y no nos dé la gana de recordar su nombre, sino que nos da exactamente igual llamarles «los 3D». A ellos, hasta parece hacerles gracia. Sonríen constantemente y parpadean poco. Tiran a amarillentos. Son pequeñitos. Emiten unos ruiditos raros. Y no se nos despegan en toda la noche. Por más que andemos, cada vez que nos giramos ahí están, detrás, sonriendo y sin parpadear.

Escuchamos como dice Ai qué bonito, ai qué bonito. El lunes descubrimos que, lo que en realidad decía el trillizo, era Ai qué vomito, ai qué vomito y que sus hermanos tuvieron que ingresarlo por un coma etílico, después de que cayera redondo, sobre las amarillentas hojas otoñales.Las cenas de empresa están para entender por qué nunca te hablas con los compañeros con los que nunca te hablas. Tú, comoquieraquetellames, ve con tus hermanos y no volváis a seguirnos nunca más. O llamaremos a la policía.
Pero sobretodo, las comidas de empresa están para recordarnos que, pese a todos los principios acumulados durante el año y todas las promesas que nos hemos hecho a nosotros mismos, cuando hay comida y alcohol de por medio y cuando el jefe pone la Visa, nosotros los creyentes, nos vendemos. Y soportamos su discursito de Navidad, con la copa de cava alzada, sin tan siquiera tentaciones de abucheo.
Al fin y al cabo, mejor bebérsela que tirarla. Total, ya está to pagao.
Me he despertado en el hospital, hasta no leer el post no sabia como acabe aquí. Sólo recuerdo al jefe hablando de crisis y pedír otro rioja.
Que alguie me pase a recoger, no?
Pequeño ser amarillo, si sigues ahí, estamos en ello… la operación rescate se ha alargado más de lo previsto, pero Robin & Jess han salido para allí. Take it easy! ;-P